Sus vidas habían sido marcadas por la llegada del otro, cada uno había cambiado a su manera, reían noches enteras juntos, podían estar momentos completos sin hablar, observándose, viendo la perfección que cada uno representaba para el otro, habían encontrado la tranquilidad que tanto deseaban, el complemento a sus extraños caracteres, el amor adolescente que creían olvidado.

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Locos compartiendo mi locura